Nuestra piel se renueva y regenera de forma natural cada 28 días, pero con el tiempo y en determinados momentos de la vida, adolescencia, embarazo, menopausia, este proceso se vuelve irregular y más lento; provocando la aparición de alteraciones cutáneas: acné, brillos, poros dilatados, arrugas, tono apagado, manchas pigmentarias, etc.
El peeling produce la descamación de las capas superficiales de la piel con el objetivo de estimular la producción de colágeno, elastina, glicosaminoglicanos y hiperpigmentaciones, manifestaciones de cada fase del envejecimiento y esteopatías como el acné y sus secuelas, cuperosis, rosácea, estrías y otras imperfecciones así como mejorar sus cualidades fisiológicas y mecánicas.